Con esta receta participo en la edición de octubre del reto cocinarte, en la que el cuadro elegido es El columpio (L’Escarpolette), de Jean-Honoré Fragonard.
Este mes se me ha ido un poco la mano trasladando la obra a un plato actual, pero realmente el montaje no me parece del todo descabellado (Igual lo de los cactus ha sido un poco excesivo :D)
La explicación que nos facilitó María sobre la obra es de lo más interesante, os la copio tal cual:
Los felices azares del columpio (en francés, Les hasards heureux de l’escarpolette), o,
simplemente, El columpio (L’Escarpolette), también conocido en inglés como The Swing, es
una pintura al óleo sobre lienzo con unas dimensiones de 81 centímetros de alto por 65 cm. de
ancho. Se conserva en la Colección Wallace de Londres (Reino Unido).
Un rico barón encargó este cuadro a Fragonard, como homenaje a su amante. Se cuenta que
inicialmente el encargo era para François Boucher, quien lo rechazó por su atrevimiento. Se ha
convertido en el símbolo de toda una época, el Rococó, por su refinamiento y sensualidad.
Representa una escena galante en un ambiente idílico. Una joven se balancea en el columpio
que empuja un hombre mayor (seguramente su marido) mientras que abajo, a la izquierda,
aparece un joven que mira debajo de su falda. El marido queda relegado a la sombra, mientras
que el joven (amante de la mujer) luce en primer plano, entre vegetación y flores.
El adulterio, un pecado duramente criticado en las clases proletarias, era aceptado como algo
natural en las clases altas. En la aristocracia del siglo XVIII eran muy comunes las bodas por
interés, concertadas para aliar sagas familiares y concentrar poder y riqueza. Las parejas
nobles asumían el objetivo sólo material de sus matrimonios, y tras asegurar la descendencia,
muchas solían vivir su sexualidad por separado.
El joven se encuentra tumbado a los pies de una escultura de Cupido. Dicha figura esconde una
pista: pide silencio con un dedo en sus labios, lo que alude a un secreto. El amante muestra
una expresión de arrebato, como si hubiese recibido una revelación, de carácter en este caso
puramente terrenal. La muchacha le corresponde mirándole fijamente.
Se ha captado el momento del máximo balanceo del columpio, pues un instante después éste
volverá hacia atrás, hacia el hombre de mayor edad, representando así «un segundo de
arrebatamiento erótico, tan voluptuoso y frágil como el Rococó mismo».
simplemente, El columpio (L’Escarpolette), también conocido en inglés como The Swing, es
una pintura al óleo sobre lienzo con unas dimensiones de 81 centímetros de alto por 65 cm. de
ancho. Se conserva en la Colección Wallace de Londres (Reino Unido).
Un rico barón encargó este cuadro a Fragonard, como homenaje a su amante. Se cuenta que
inicialmente el encargo era para François Boucher, quien lo rechazó por su atrevimiento. Se ha
convertido en el símbolo de toda una época, el Rococó, por su refinamiento y sensualidad.
Representa una escena galante en un ambiente idílico. Una joven se balancea en el columpio
que empuja un hombre mayor (seguramente su marido) mientras que abajo, a la izquierda,
aparece un joven que mira debajo de su falda. El marido queda relegado a la sombra, mientras
que el joven (amante de la mujer) luce en primer plano, entre vegetación y flores.
El adulterio, un pecado duramente criticado en las clases proletarias, era aceptado como algo
natural en las clases altas. En la aristocracia del siglo XVIII eran muy comunes las bodas por
interés, concertadas para aliar sagas familiares y concentrar poder y riqueza. Las parejas
nobles asumían el objetivo sólo material de sus matrimonios, y tras asegurar la descendencia,
muchas solían vivir su sexualidad por separado.
El joven se encuentra tumbado a los pies de una escultura de Cupido. Dicha figura esconde una
pista: pide silencio con un dedo en sus labios, lo que alude a un secreto. El amante muestra
una expresión de arrebato, como si hubiese recibido una revelación, de carácter en este caso
puramente terrenal. La muchacha le corresponde mirándole fijamente.
Se ha captado el momento del máximo balanceo del columpio, pues un instante después éste
volverá hacia atrás, hacia el hombre de mayor edad, representando así «un segundo de
arrebatamiento erótico, tan voluptuoso y frágil como el Rococó mismo».
Voy con la receta y os explico de el porqué.
Y es que lo que les pueden llegar a gustar a mis hijos los macarrones con tomate frito!! Sí, y hasta ahí puedo leer, sólo con tomate frito!! Si los pillo un día muy bueno les puedo añadir un poco de carne o longanizas, pero nada más. Yo no los soporto!! Si me los tengo que comer, pues tira que te va… pero su puedo evitarlo…
A veces, preparo cualquier otra comida para mí. Pero hay días en los que no me apetece y entonces me preparo alguna receta chula con macarrones como ésta.
Macarrones con manzana receta vegana
– 160 gr macarrones hervidos
(seguir las instrucciones del paquete)
– 1 manzana
– Aceite de oliva virgen extra (Aove)
– 100 gr. Tomate frito
– 100 ml. de leche de soja
– Sal
– Pimienta negra
– Una pizca de jengibre molido
Elaboración paso a paso
1. Saltear la manzana cortada a cuadraditos en una sartén con el aceite.
2. Añadir el tomate y mezclar.
3. Añadir la leche y remover hasta que se ligue la salsa.
4. Salpimentar y añadir el jengibre y dejar reducir a fuego medio.
5. Por último añadir la pasta y remover.
La textura y el sabor de la manzana en este plato es realmente delicioso, y el toque que le da el jengibre a la salsa sorprende muy gratamente.
Os invito a ver el resto de aportaciones de mis compañeras aquí, son todas chulísimas!!
Un beso,
Eva
Nunca he probado los macarrones con manzana y tomate, tendre que probarlos. Me encanta este reto, a todos nos inspira cosas diferente pero de lo mas rico.
Besinos
El toque de Belén
Sí, es curioso como un mismo cuadro puede generar ideas tan distintas.
Un beso guapa!
No he probado los macarrones con manzana, de hecho no se me había ocurrido y la verdad es que me llaman mucho la atención.
Muchas gracias por participar en el reto
Un besito
Te animo a probarlos y espero que te gusten.
Gracias a ti por organizarlo, es muy divertido!!
Besos,
Original esta receta de pasta con manzana , mira que yo la uso para muchas cosas dulces y saladas pero nunca pensé en usar manzana en la pasta, seguro que le da un toque dulce estupendo. besinos
La verdad es que queda genial. Un beso!
Curiosa receta, nunca imaginaba la pasta con manzana, apuntada la idea , sin duda un plato muy rico y de sabor especial. Un beso!
Yo cada día estoy más por los experimentos. Casi siempre salen bien. Un beso!
La manzana le va a la pasta que ni pintado, el toque de jengibre también me gusta.
Pues te digo que a mi de pequeña también me chiflaban los macarrones con tomate así sin mas, eso si, con muuuchooo tomate, que ricos me sabían.
Ahora te digo que no los comería jajaja…
Besos
Nieves
Creo que es un trance por el que todos debemos de pasar, jajja. Un besito Nieves!
Una receta diferente, me da mucha risa aquello de los macarrones con tomate, porque en casa tenemos un amigo que, con solo decirle macarrones con aceite, con tomate, solitos, ese hombre se vuelve loco, dice que podría vivir comiendo solo macarrones. Me llama la atención esa combinación con manzana, un plato original que debe estar muy rico.
besitos
Pues tu amigo podría quedar a comer con mis hijos, jajaja.
besitos!
Es que hija, los macarrones con tomate son muy socorridos jejejeje Pero este toque de manzana seguro que le da su chispa!
Socorridos y aburridos!!jajaja. Con el toque de manzana no hay color.
Besitos!
Pues mezcla más original!! Jamás lo había probado, ni oído siquiera. Me parece genial, y tus niños se lo pierden jeje. Besos!!
A ellos déjalos con sus macarrones con tomate!! jajaja
Besitos!
fijate que esta combinación no la había probado nunca, pero me puedo hacer una idea de como puede ser el sabor, original y diferente, besos
El resultado es realmente sorprendente, utilizando algo tan básico como una manzana queda un plato muy original. Besitos!
Ohh que rico, no los he probado nunca pero la combinación me parece perfecta. Besos.
Muy rica, te lo recomiendo. Besitos!!